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La figura principal, El Ancestro, es una especie de espíritu protector, un ser etéreo con el rostro oculto bajo un manto blanco. Sus manos, que emergen de la toga, sostienen una rosa, un símbolo recurrente en la obra de Carrington que suele vincularse con la rosa alquímica, el conocimiento secreto o la feminidad.
La obra también se ha relacionado con las teorías sobre la civilización perdida de Lemuria, un continente mítico. Carrington exploró la idea de que los sobrevivientes de esta civilización vivían en túneles subterráneos y emergían ocasionalmente vestidos de blanco.
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