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Esta litografía muestra dos jinetes que cabalgan sobre dos caballos, blanco y negro. Los jinetes, cuyo género no es evidente, ocultan sus identidades tras una máscara, una túnica y sombrero ecuestre.
El caballo es una de las figuras más recurrentes en el arte de Leonora Carrington, cargado de un profundo simbolismo que se conecta tanto con sus experiencias personales como con los principios del surrealismo.
Para Carrington, los caballos no eran meros animales; eran seres con conciencia, sabiduría y poder místico. A menudo aparecen como guías en el viaje hacia lo desconocido, compañeros en la exploración de los reinos oníricos y guardianes de secretos ancestrales. En el folkore celta, por ejemplo, seres míticos inspirados en los equinos, como los kelpies, posein poderes sobrenaturales vinculados a la naturaleza.
Consejo Leonora Carrington
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