Biografía
Leonora
Carrington

Leonora Carrington nació el 6 de abril de 1917 en la pequeña ciudad de Chorley, Lancashire, en el Norte de Inglaterra. Su padre, de ascendencia anglo-irlandesa era un industrial acaudalado, cuya compañía producía textiles artificiales. Su madre era del sur de Irlanda, una mujer de gran belleza que fue criada como católica estricta. Leonora tenía tres hermanos, Pat, Gerard y Arthur. La familia Carrington vivió primero en la residencia Westwood, luego en una mansión llamada Crookhey Hall, que para Leonora, permanece como un símbolo de magia y misterio. Y finalmente vivió en Hazel Wood.

Leonora pasó sus primeros años de vida en estas mansiones rodeada de bosques, caballos y libertad, como se imaginaría un cuento de hadas. Su niñera irlandesa, la Sra. Mary Cavanaugh, fue parte central en su educación temprana, proporcionándole historias de todo tipo, muchas de ellas de origen celta. Sin embargo, pronto perdió su libertad cuando a la edad de nueve años fue enviada a conventos católicos para su educación, tres años de una experiencia realmente traumática para ella. Esto llegó a su clímax cuando Leonora fue presentada en la corte británica a los diecisiete años.

Leonora pronto se revelaría contra las reglas establecidas, para convertirse en artista plástica en su propio derecho.

Primeros años y encuentro con el arte

Sus primeros encuentros con la creación artística fueron cuando siendo pequeña, su madre le regalo pinceles y acuarelas. Después le obsequió un juego de pinturas de aceite lo cual la inició en lo que iba a ser la brillante carrera de artista. Opuesta por su padre, animada por su madre, pero sobre todo auto motivada y en las circunstancias más difíciles, Leonora decidió seguir su carrera como pintora profesional.

Su decisión de convertirse en artista daría lugar a un rompimiento en su relación con su padre, que hubiera preferido verla convertirse en casi cualquier otra cosa, en lugar de una artista. Leonora, sin embargo, no estaba destinada a prestar atención a la presión de su familia para convertirse en “dama de sociedad”. Poco después de ser presentada en la corte, convenció a su madre de enviarla a Florencia, Italia para tomar clases de arte. En Florencia, como adolescente, recibiría su primer entrenamiento formal en pintura.

La Academia de Arte de la Sra. Penrose era una escuela que consistía en tutoría casi privada para jóvenes británicas de aquella época. Su experiencia en Florencia permaneció indeleble y formó parte importante del entrenamiento formal de Leonora como pintora.

Leonora y el surrealismo

Una de las etapas fundamentales para convertirse en artista llegó cuando se mudó a Londres donde asistió por primera vez a la Escuela de Artes de Chelsea y luego se inscribió a la Academia de pintura de Amédée Ozenfant en Londres. Durante su estancia en Londres, su madre le regaló el libro de Herbert Reed sobre el surrealismo que tenía una ilustración de Max Ernst en la portada, su cuadro “Deux Enfants Menaces Par un Rosignol”.

Este fue su primer contacto con el surrealismo. Más tarde, su amiga Ursula Goldinger y su marido húngaro Erno Goldfinger la presentaron con Max Ernst en Londres, con el cuál se reencontró en un viaje que hizo a París. Así descubrió a los surrealistas. Ahí estaba un grupo de intelectuales que por alguna hazaña de magia se habían unido. Un grupo formado por artistas que entendían el tipo de arte que Leonora estaba creando: Breton, Tanguy, Peret, Belmer, Arp y tantos otros.

Con Breton al centro se reunirían muchas veces en el Café des Deux Magot, y donde otros artistas como Picasso, Dalí se unirían a ellos. A diferencia de muchos pintores del grupo surrealista, el trabajo de Leonora se centró desde el principio en lo mágico, lo místico y lo misterioso. Ella no estaba sola, el “triunfo de la imaginación” era la meta en el corazón del grupo surrealista.

La guerra y huida a Nueva York

Este período idílico en la vida de Leonora no duraría mucho, La Alemania nazi ya amenazaba a Francia donde Leonora vivía con Max Ernst en Saint-Martin-d’Ardèche, al poco tiempo Max fue internado en un campo de concentración y Leonora tuvo que escapar de Europa inmediatamente. Dejó a su águila de mascota libre y abandonó la casa que había compartido con Max, dejando sus pinturas y esculturas detrás.

Se dirigió a los Pirineos con algunos amigos, la única salida de Francia hacia España. Justo en España tuvo colapso nervioso y su padre envió a un emisario de Inglaterra para que la internaran en un sanatorio para enfermos mentales en Santander, España. La horrenda experiencia de este hospital psiquiátrico, junto con su huida de Francia, formó el núcleo de sus libros Down Below, The Stone Door y la Casa del Miedo.

Sin embargo, pudo escapar del hospital y huyó a Lisboa, asilándose en la Embajada de México en Portugal. Aquí el embajador mexicano (y reportero) Renato Leduc le ofreció casarse con ella para poder escapar de Europa y obtener el asilo. Como parte del núcleo diplomático de México, Leonora y Renato viajaron a Nueva York en 1941 en uno de los últimos barcos que salieron de Europa antes del final de la guerra. Una vez en Nueva York volvió a reunirse con los surrealistas en exilio como Duchamp, Breton y otros.

Primera vez en México

Renato y Leonora viajaron a México en 1942. Se divorciaron poco después y siguieron siendo amigos. En México se reunió de nuevo con Breton, Peret, Alice Rahon y Wolfgang Paalen. Es en este momento que conoce a Remedios Varo, con la cuál formaría una estrecha y duradera amistad. Justo a través de Remedios es que conoce a Katy y José Horna, así como al fotógrafo húngaro Chiki Weisz, con quién se casó en 1946 y tuvieron dos hijos, Gabriel y Pablo. (Gabriel se convirtio en escritor y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México. Pablo es patólogo y artista plástico y vive en Richmond Virginia).

Leonora Carrington vivió unas temporadas en Estados Unidos, primero en la ciudad de Nueva York y después en Chicago, donde pintó varias de sus obras más importantes. Sin embargo, pasó muchos años en México, país que le ofreció una enorme inspiración, con sus muchas leyendas y rica mitología.

Durante su vida en México, creó un enorme cuerpo de trabajo artístico, con cientos de maravillosas pinturas, esculturas y dónde escribio sus libros más importantes. Es aquí donde se convierte en una auténtica e individual artista plástica y hoy es una de las artistas más apreciadas en México. 

La gran artista surrealista

Leonora Carrington es conocida en todo el mundo como uno de los pilares principales del surrealismo, con un sin número de exposiciones en México, Nueva York, San Francisco, París, Londres, Dublin, Munich y Tokio. Sus libros se han traducido a más de diez idiomas.

Leonora Carrignton es ciertamente una de las artistas femeninas más importantes de su tiempo, en una época en que las mujeres no eran aceptadas fácilmente como artistas individuales. Ella ha luchado y ganado la batalla para ser reconocida como persona, como mujer y como artista. Salvador Dalí la destacó “Como la artista femenina más importante de nuestro tiempo”.

Leonora Carrington murió a los 94 años el 29 de mayo de 2011 en la Ciudad de México.

Leonora Carrington nació el 6 de abril de 1917 en la pequeña ciudad de Chorley, Lancashire, en el Norte de Inglaterra. Su padre, de ascendencia anglo-irlandesa era un industrial acaudalado, cuya compañía producía textiles artificiales. Su madre era del sur de Irlanda, una mujer de gran belleza que fue criada como católica estricta. Leonora tenía tres hermanos, Pat, Gerard y Arthur. La familia Carrington vivió primero en la residencia Westwood, luego en una mansión llamada Crookhey Hall, que para Leonora, permanece como un símbolo de magia y misterio. Y finalmente vivió en Hazel Wood.

Leonora pasó sus primeros años de vida en estas mansiones rodeada de bosques, caballos y libertad, como se imaginaría un cuento de hadas. Su niñera irlandesa, la Sra. Mary Cavanaugh, fue parte central en su educación temprana, proporcionándole historias de todo tipo, muchas de ellas de origen celta. Sin embargo, pronto perdió su libertad cuando a la edad de nueve años fue enviada a conventos católicos para su educación, tres años de una experiencia realmente traumática para ella. Esto llegó a su clímax cuando Leonora fue presentada en la corte británica a los diecisiete años.

Leonora pronto se revelaría contra las reglas establecidas, para convertirse en artista plástica en su propio derecho.

Primeros años y encuentro con el arte

Sus primeros encuentros con la creación artística fueron cuando siendo pequeña, su madre le regalo pinceles y acuarelas. Después le obsequió un juego de pinturas de aceite lo cual la inició en lo que iba a ser la brillante carrera de artista. Opuesta por su padre, animada por su madre, pero sobre todo auto motivada y en las circunstancias más difíciles, Leonora decidió seguir su carrera como pintora profesional.

Su decisión de convertirse en artista daría lugar a un rompimiento en su relación con su padre, que hubiera preferido verla convertirse en casi cualquier otra cosa, en lugar de una artista. Leonora, sin embargo, no estaba destinada a prestar atención a la presión de su familia para convertirse en “dama de sociedad”. Poco después de ser presentada en la corte, convenció a su madre de enviarla a Florencia, Italia para tomar clases de arte. En Florencia, como adolescente, recibiría su primer entrenamiento formal en pintura.

La Academia de Arte de la Sra. Penrose era una escuela que consistía en tutoría casi privada para jóvenes británicas de aquella época. Su experiencia en Florencia permaneció indeleble y formó parte importante del entrenamiento formal de Leonora como pintora.

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Leonora y el surrealismo

Una de las etapas fundamentales para convertirse en artista llegó cuando se mudó a Londres donde asistió por primera vez a la Escuela de Artes de Chelsea y luego se inscribió a la Academia de pintura de Amédée Ozenfant en Londres. Durante su estancia en Londres, su madre le regaló el libro de Herbert Reed sobre el surrealismo que tenía una ilustración de Max Ernst en la portada, su cuadro “Deux Enfants Menaces Par un Rosignol”.

Este fue su primer contacto con el surrealismo. Más tarde, su amiga Ursula Goldinger y su marido húngaro Erno Goldfinger la presentaron con Max Ernst en Londres, con el cuál se reencontró en un viaje que hizo a París. Así descubrió a los surrealistas. Ahí estaba un grupo de intelectuales que por alguna hazaña de magia se habían unido. Un grupo formado por artistas que entendían el tipo de arte que Leonora estaba creando: Breton, Tanguy, Peret, Belmer, Arp y tantos otros.

Con Breton al centro se reunirían muchas veces en el Café des Deux Magot, y donde otros artistas como Picasso, Dalí se unirían a ellos. A diferencia de muchos pintores del grupo surrealista, el trabajo de Leonora se centró desde el principio en lo mágico, lo místico y lo misterioso. Ella no estaba sola, el “triunfo de la imaginación” era la meta en el corazón del grupo surrealista.

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La guerra y huida a Nueva York

Este período idílico en la vida de Leonora no duraría mucho, La Alemania nazi ya amenazaba a Francia donde Leonora vivía con Max Ernst en Saint-Martin-d’Ardèche, al poco tiempo Max fue internado en un campo de concentración y Leonora tuvo que escapar de Europa inmediatamente. Dejó a su águila de mascota libre y abandonó la casa que había compartido con Max, dejando sus pinturas y esculturas detrás.

Se dirigió a los Pirineos con algunos amigos, la única salida de Francia hacia España. Justo en España tuvo colapso nervioso y su padre envió a un emisario de Inglaterra para que la internaran en un sanatorio para enfermos mentales en Santander, España. La horrenda experiencia de este hospital psiquiátrico, junto con su huida de Francia, formó el núcleo de sus libros Down Below, The Stone Door y la Casa del Miedo.

Sin embargo, pudo escapar del hospital y huyó a Lisboa, asilándose en la Embajada de México en Portugal. Aquí el embajador mexicano (y reportero) Renato Leduc le ofreció casarse con ella para poder escapar de Europa y obtener el asilo. Como parte del núcleo diplomático de México, Leonora y Renato viajaron a Nueva York en 1941 en uno de los últimos barcos que salieron de Europa antes del final de la guerra. Una vez en Nueva York volvió a reunirse con los surrealistas en exilio como Duchamp, Breton y otros.

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Primera vez en México

Renato y Leonora viajaron a México en 1942. Se divorciaron poco después y siguieron siendo amigos. En México se reunió de nuevo con Breton, Peret, Alice Rahon y Wolfgang Paalen. Es en este momento que conoce a Remedios Varo, con la cuál formaría una estrecha y duradera amistad. Justo a través de Remedios es que conoce a Katy y José Horna, así como al fotógrafo húngaro Chiki Weisz, con quién se casó en 1946 y tuvieron dos hijos, Gabriel y Pablo. (Gabriel se convirtio en escritor y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México. Pablo es patólogo y artista plástico y vive en Richmond Virginia).

Leonora Carrington vivió unas temporadas en Estados Unidos, primero en la ciudad de Nueva York y después en Chicago, donde pintó varias de sus obras más importantes. Sin embargo, pasó muchos años en México, país que le ofreció una enorme inspiración, con sus muchas leyendas y rica mitología.

Durante su vida en México, creó un enorme cuerpo de trabajo artístico, con cientos de maravillosas pinturas, esculturas y dónde escribio sus libros más importantes. Es aquí donde se convierte en una auténtica e individual artista plástica y hoy es una de las artistas más apreciadas en México. 

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La gran artista surrealista

Leonora Carrington es conocida en todo el mundo como uno de los pilares principales del surrealismo, con un sin número de exposiciones en México, Nueva York, San Francisco, París, Londres, Dublin, Munich y Tokio. Sus libros se han traducido a más de diez idiomas.

Leonora Carrignton es ciertamente una de las artistas femeninas más importantes de su tiempo, en una época en que las mujeres no eran aceptadas fácilmente como artistas individuales. Ella ha luchado y ganado la batalla para ser reconocida como persona, como mujer y como artista. Salvador Dalí la destacó “Como la artista femenina más importante de nuestro tiempo”.

Leonora Carrington murió a los 94 años el 29 de mayo de 2011 en la Ciudad de México.

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