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La pintura se inspira en el rey franco Dagoberto I, aunque no de manera literal. Carrington lo transforma en una figura grotesca, con un rostro pálido y alargado, que parece estar más preocupado por sus distracciones internas que por los eventos externos.
Dagoberto I fue el rey de la dinastía Merovingia que unificó a los francos en una sola nación. En la pintura, alrededor del rey se despliega un universo de criaturas y escenas extrañas. Se pueden ver figuras híbridas con rasgos humanos y equinos. Un paisaje verde de fondo que contrasta con edificaciones humanas. Este mosaico de viñetas retrata lo mismo a un niño jugando con una figura híbrida que una triada de mujeres junto a un umbral. Al frente, un árbol con forma humana se incendia y funge como el centro de un ritual. Otros seres etéreos que flotan sobre las escenas completan el cuadro.
Témpera sobre panel de madera
Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415, C1425CLA Cdad. Autónoma de Buenos Aires, Argentina
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