La pintura presenta a dos mujeres elegantes, aparentemente involucradas en un juego de ping-pong. Sin embargo, en lugar de usar pelotas, están golpeando pequeños pájaros con sus raquetas. Las mujeres mismas parecen algo aviares, adornadas con cuerpos emplumados y pies descalzos, mientras visten sombreros sofisticados. En una esquina, también hay niños presentes, aparentemente observando este peculiar juego. A través de una ventana, se observa un extenso jardín y dos figuras blancas caminando.