Leonora Carrington empleó una técnica mixta, combinando témpera y óleo sobre madera. La témpera, una técnica antigua que utiliza yema de huevo como aglutinante, le permitió lograr una superficie lisa y vibrante. Carrington era conocida por su meticulosa atención al detalle, y es probable que haya realizado numerosos bocetos antes de comenzar la pintura final. La elección del huevo como tema central, además de su significado simbólico, podría estar relacionada con la técnica empleada.